sábado, 10 de diciembre de 2011

A dónde vamos: Sanidad

¿Por qué es importante una sanidad pública? vía ABC.es
¿Qué proponen nuestros gobernantes para sacarnos del pozo? Bueno, al parecer están consultando exclusivamente a economistas cuya credibilidad crece exponenciamente cuanto más duro e intolerable es el ajuste. Aunque me preocupa que sólo se pregunte a los economistas, ya que como buenos profesionales ellos dominan su campo, pero no los otros muchos que quedan afectados.

Un ejemplo es la sanidad. ¿Se imaginan un economista que no tenga ni idea de medicina al mando de un hospital? ¿Y en un quirófano? Imagínese que su salud dependiera de la oferta y la demanda, de las modas y del precio de las materias primas. Esto está pasando. Sin embargo en España tenemos un servicio sanitario público de una gran eficacia y además muy rentable. Las aportaciones solidarias de todos los españoles hacen que nadie se quede atrás.

¿Cómo lo logramos? Pagando menos a los médicos, teniendo menos enfermeros por paciente, amortizando al máximo las instalaciones. Podemos sentirnos orgullosos de lo logrado a pesar de las listas de espera, de la saturación de las urgencias y del aspecto cochambroso de algunas instalaciones. Tanto es así que este sistema sanitario que ahora parece insostenible y a punto de quebrar atrae a jubilados de toda europa para ser operados de forma gratuita y de calidad. Tan mal no lo estaríamos haciendo.

Ahora, sin embargo, no nos proponen potenciar lo positivo e intentar eliminar lo malo para tener un sistema mejor. La crisis marca con su doctrina que todo lo bueno se tiene que acabar. Para hacerlo más llevadero los políticos van a adoptar el modelo de Madrid, el llamado modelo de iniciativa de financiación privada o PFI. La raíz del modelo está en Reino Unido, donde un estudio ha demostrado que este sistema infla el gasto público en sanidad en vez de abaratarlo. Como los estudios son como los colores, hay para todos los gustos, vamos a ver cómo funciona.

Pongamos que Navarra tiene un presupuesto de 100 euros destinados a sus dos hospitales. Podemos pasar la gestión de uno de ellos a una iniciativa privada y convenir en que le pagaremos 40 euros a lo largo de 30 años por ese trabajo. Nuestro consejero de Salud saldrá en la tele y nos informará de que ahora el hospital público tendrá 10 euros más, mientras que la gestión privada del otro nos costará ahora 20 menos. Sin embargo toda iniciativa privada se mete en un negocio si hay beneficios, que están recogidos en el contrato. ¿Cómo se consiguen? Pues por ejemplo pagando menos a los profesionales -ya son de los que menos cobran de Europa-, amortizando las instalaciones -aún más- y aumentando los turnos de tabajo reduciendo plantilla.

El problema viene cuando el hospital necesita más de 40 euros para mantener los beneficios -contrato- y seguir ofreciendo el servicio público. Un hospital no puede ir a la bancarrota. Por lo tanto si sube el precio del material quirúrgico o hay necesidades nuevas el precio que exige a la administración aumenta. El gestor no puede dejar de recibir sus beneficios mientras que la sanidad pública debe costear los gastos del hospital que, recordemos, de momento es un bien y un derecho. ¿Qué pasa con el paso de los años? El dinero que se puede destinar al hospital público desciende y crece el gasto del hospital privado.

¿Qué hemos logrado? Un hospital público con problemas de financiación y saturado, y un hospital privado con profesionales peor pagados, instalaciones algo mejores y cientos de euros -miles de millones en la realidad- que van a los bolsillos de los gestores privados. De hecho llega un momento que los gestores se llevan todos los beneficios y la administración paga todos los costes. El gasto porcentual en sanidad en los países que han optado por este modelo ha crecido significativamente en su PIB. Holanda se pasó a este sistema y pasó de gastar un 9,8% de su PIB a un 13%. En Madrid llevan sufriendo este proceso años. El hecho de que la crisis haya llegado igual y que la sanidad madrileña esté siempre de mal en peor quizá sea sintomático de que no es el modelo adecuado. 

Por supuesto que hace falta mejorar nuestro sistema sanitario. Se puede procurar que las compras de material médico se realicen de forma centralizada para obtener mejores precios. Construir hospitales y ambulatorios funcionales, no obras faraónicas. Racionalizar -que no racionar- los medicamentos y apostar de verdad por los genéricos y recetar dosis más ajustadas. Habría que cobrar a los ciudadanos extranjeros que vienen a usar nuestros servicios, ya sea de sus seguros o de sus servicios sanitarios públicos. Para eso hace falta agilizar la administración de nuestro sistema de salud. El problema del envejecimiento de la población también es algo que está sobre la mesa y sobre lo que habría que realizar muchos estudios.

¿Cómo se consigue todo ésto? Invirtiendo, que no es lo mismo que gastar. Gastar es dar dinero a un gestor privado para que lo gaste como él quiera. Sin embargo en salud no se gasta, se invierte porque eso revierte en una mejor sociedad. Y es que la sanidad pública es algo irrenunciable porque constituye uno de los logros más increíbles que nos ha traído la democracia. El hecho de que nos cubramos las espaldas los unos a los otros. Nuestros servicios sanitarios representan mucho mejor que la unidad y nuestra voluntad de sumar construye una sociedad más fuerte que los logros de la selección española.

No respetarán nada, pero son menos y podemos hacer las cosas bien.

SALUD & aventura.

3 comentarios:

Senior dijo...

La sanidad, la educación y la seguridad, siempre son deficitarias... no se puede pretender obtener beneficios, si se intenta, es reduciendo el servicio.
Hace falta, tener ideología, ¿somos los seres humanos iguales?... admitamos que dentro de la igualdad hay factores que generan diferencias, pero ante la adversidad, ya que hablamos de Sanidad, debe prevalecer la solidaridad, la redistribución de la riqueza, ayudar al que lo necesita, y de verdad, no me importa pagar un poco, para que puedan hacer un trasplante a quien lo necesite, porque seguro que no podría pagarlo y no estará como para dedicarse a pensar en cómo hacerlo.
Apuntas una clave, hacen falta tres cosas, mejorar la gestión, inspección y educación.

izanik dijo...

Totalmente de acuerdo. Privatizar puede parecer rentable con el primer contrato sobre la mesa, pero parece ser que a la larga es un desastre. Parece que no nos queremos dar cuenta de que una empresa lo que busca es generar riqueza, pero para ella misma. Reducir gastos y aumentar ingresos. En el caso de los hospitales privados, además, no existe la libre competencia, porque tienen un monopolio garantizado. Si te gusta bien, y si no, con patatas.
Por otro lado, otro problema grave de la salud española es el atraso gigantesco que tenemos en la informatización de los historiales clínicos. Cada comunidad autónoma lo hace a su manera, reinventando la rueda una y otra vez. Sin coordinación, y con enormes dificultades para trasladar la información clínica de una comunidad autónoma a otra. Salud.

Uno que pasa dijo...

¿De qué se va sacar beneficio? La sanidad es algo que ya se paga de ante mano(se supone) con los impuestos. Sería "rentable" si todos estuviéramos buenos y no la usáramos, pero somos seres vivos y tendemos a enfermar o rompernos.

Desde siempre he dicho que hay que poner buenos gestores en los puntos fuertes para que gestionen. Para que voy a poner a un médico de director si los temas son administrativos. Se necesitaría un consejo con médicos,enfermeras, etc que entiendan el problema y asesoren al gestor. El gestor tiene que saber que maneja y organice. Y este saber no necesaria tiene que ser una persona sanitaria.

Esto es aplicable al sistema judicial, a fomento el gran derrochador de fondos públicos. En estos dos puntos si sería bueno poner gente que sepa y no meta la mano.

El problema de España es que la gente quiere el pelotazo llenarse rápido los bolsillos sin importar como. Lo veo porque se aplaude esos comportamientos. A ver donde estamos dentro de 50 años.