lunes, 9 de febrero de 2009

El mundo y el Rey de reyes

El mundo en blanco y negro, como sus contrastes. Vía EDUCIMA.COM
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Esta mañana andaba yo preparando próximos capítulos de Ingeniería Emocional, un relato que tengo en la cabeza y al que estoy dando forma -un capítulo, soy un fantasma- en Rockanrola. Como he visto poco mundo he tomado la decisión de inventarme los lugares, las fechas y todo lo demás. Lo que llamamos Ciencia Ficción. Sobre todo ficción. Pero por darle un toque realista empecé a pensar en una distribución distinta de Europa, porque yo lo valgo. Y ahí está el origen de lo que quiero contaros.
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La cuestión estaba en los puntos cardinales y sus vicisitudes. Tras una larga observación de un mapa europeo me he dado cuenta de que España está en el sur de Europa. Esto para la mayoría de mis lectores es algo obvio. Pero, ¿nos hemos planteado las implicaciones que conlleva? Mientras una parte de mi cerebro pensaba en otorgarle a Madrid la capitalidad de Sur Europa la otra estaba dando voces de alarma. ¡Somos el sur!
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En la red de prejuicios sociales que sustituye los anticuados valores de nuestros padres -en el sentido más ancestral- el sur es un sitio pobre, analfabeto, en guerra y encima lleno de arena y polvo. Salvo lo del analfabetismo, que algo habrá pero no es norma, y la pobreza, las Bardenas Reales cumplen ese papel.
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También hay junglas con más narcotraficantes que caimanes, fundamentalismos religiosos y terrorismos, desastres naturales a mansalva y lugares exóticos que hay que visitar en furgones blindados. Políticos basura populistas -igual de basura que los de aquí pero internacionalmente considerados "malos"- y viejas rencillas tribales. Perdón, viejas rencillas tribales.
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Por otro lado el sur cuenta con inmensos recursos naturales y ecosistemas magníficos siempre al borde del colapso. Por eso las multinacionales del norte explotan, aniquilan y exprimen a los países sureños para obtener todos esos recursos. Mientras, el alcoholismo, la violencia y la depresión se extienden como una plaga por países masificados.
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Pero hay otros tipos de sur. Es el sur paleto, cutre y vago del que tenemos siempre alguna noticia. El sur mafioso, lleno de caciques y chanchullos, para el que todo vale. El sur Marina d'or, de vacaciones masificadas e historia mercantilizada, con clima cálido todo el año y la libido pasada de vueltas. O el bello sur inhóspito y lejano, con el que sólo podemos soñar.
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Hay excepciones como Nueva Zelanda o Australia. O el sorprendente caso de las dos Koreas. La del norte es una aberración comunista y la del sur otra capitalista, aunque la del sur sale ganando por goleada. También Islandia, mi amada Islandia, tiene una situación financiera que no envidian ni en Zimbagüe.
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El sur, tan lleno de etiquetas novicas como evocaciones poéticas. Con su clima benigno -los monzones lo son, a su manera- y el sol. Una especie de fascinación hacia lo desconocido. Pasión, sentimiento y fiesta. Los pueblos del norte son más racionales, fríos y, en cierto sentido, aburridos.
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Es curiosa la distribución geográfica que establece que los que están arriba pisotean a los que están abajo. Casi como en la naturaleza. Creo que esa visión del mundo, establecida para concienciar al mundo, lo que ha hecho es poner unos principios para la percepción del hombre. El paternalismo del norte hacia el sur aburre, con el abusivo FMI. Tanto como el neocolonialismo.
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Por fortuna hay gente que se ha puesto manos a la obra para cambiar esto. Desde los mencionados "políticos basura populistas" como Chávez a simpáticos presidentes iraníes -me encanta el sketch de Buenafuente-. Pero lo que me ha llamado la atención -me la ha llamado Izanik- es la intención de el líder libio Muammar al-Gaddafi de crear la Unión Africana. Ha sido en la cumbre de Addis Abeba de la Unión Africana, organización que agrupa 53 países del continente. Allí ha sido elegido presidente para el próximo año -prácticamente porque no había otro-.
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Ahora se hace llamar Rey de reyes tradicionales africanos. No sé si son sus ansias de poder y gloria o si tiene verdaderas intenciones de crear un órgano que ayude al maltrecho continente africano. La idea de una unión de sus estados, en una identidad con autoridad y decisión, quizá solventara muchos de los problemas que acechan a la Tierra Madre. Pero aquí parecía sencillo y está resultando complicado. Por ejemplo, los contínuos boicoteos de Polonia, el último por un claro caso de "¿qué hay de lo mío?" internacional, o los límites de la Unión. No creo que en un mundo tribal y con una indosincrasia distinta vaya a funcionar mejor. Como la democracia en Irak o Afganistán. Las soluciones a algunos problemas no se pueden importar.
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"El sur también existe" reza una camiseta vieja que suelo llevar con cierto cariño. Junto al lema salen unos niños bolivianos. Un día en San Fermines, que llevaba la camiseta aprovechando que es blanca, se me acercó un joven con ojos vidriosos y me dijo con un marcado acento francés: "tienes razón, el sur también existe". Pensé que se refería a los pobres bolivianos del potosí, que viven en condiciones durísimas y de los que poco sabemos. Pero continuó: "En Francia nos olvidamos de las raíces vascas de Iparralde de nuestro pueblo..." y comenzó un discurso entre nacionalista y etílico del que me escabullí en cuanto pude.
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Nos toca vivir en la encrucijada de caminos. Somos el sur de Europa. Pero también el norte de África. Somos el oeste -ansiado occidente- de los nuevos europeos y el este del Imperio. Somos una encrucijada y por lo tanto estamos en un sitio óptimo para comprender. Deberíamos abrir las ventanas y dejar de lamentarnos, disfrutando de las vistas y sus posibilidades. Pero mientras la naturaleza humana sea tan mezquina, hay opciones de acabar siendo el sumidero de lo peor de todos lados. ¿Seremos capaces de lo mejor? Seremos optimistas experimentados.
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Salud & aventura!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡coño! (con perdon) pues mira, yo contigo y Zapatero, ya somos cuatro optimistas...¿o no es optimismo vivir en esta parte del mundo y no saber contar?... eso si, siempre de más, cosa del optimismo... Ya verás el dia que descubran lo que dices... dará gusto ser de la tribu...¡tan grande!... ¡tan plural!... ¡tan bonita!...

izanik dijo...

Resulta contradictorio que "el sur" del Reino Unido esté en Escocia... Desde luego, habrá cosas que podamos envidiar del viejo reino de Inglaterra; pero he encontrado más catetos por metro cuadrado que en el punto más marroquí de la gloriosa España. Lo que más me revienta es cuando los del sur escogemos (o imponemos) los modelos de los del norte porque "son mejor". No puedo evitar pensar en la reforma universitaria de Bolonia, lo siento. Como la educación superior se parezca un poco a la de aquí, en fin, me pongo malo sólo de pensarlo. Un saludo

Anónimo dijo...

En el fondo el mundo es como una serie de televisión: te acuerdas de “Upstairs, Downstairs (Arriba y abajo)”. Pues eso.