martes, 22 de diciembre de 2009

Nunca es tarde


Con las nieves he pensado una cosa. La nieve cubre el césped de nuestros parques de vez en cuando con las grandes nevadas. Me refiero en los sitios donde nieva u, obviamente, hay parques con algo más que cemento. Pero si la nieve se quedara ahí durante mucho tiempo, como ocurría en las montañas antes del advenimiento del fin del mundo, la ausencia de luz, el frío y el agua excesiva fruto del deshielo debería acabar con la vida sepultada por el manto blanco.

Sin embargo, aunque mis conocimientos en botánica y biología son inexistentes, creo que precisamente las cualidades mismas de la nieve son las que consiguen mantener la vida. Y es que no creo que las cuatro estaciones sea un invento de hace cuatro días ni producto de ecologistas terroristas. La vida, la naturaleza, está acompasada a los ciclos que componen la vida. Así, el invierno, oscuro y frío, no es tan terrible. El frío conserva las semillas bajo tierra y se lleva en la oscuridad a aquellos que no sean capaces de sobrevivir. Limpia el aire, el agua y la tierra; provee a los manantiales de agua y pone todo a punto para la primavera.

Sé que vosotros lo supistéis antes, igual que nuestros vecinos, antepasados y ancestros. Sé que puedo ser el último en enterarme. En ocasiones la vida es oscura, fría y terriblemente dura. Conmigo nunca lo ha sido, porque yo soy un tipo bastante simple. Pero nunca se sabe. Judith Kerr, escritora alemana y judía, tuvo que abandonar su país natal con 13 años por culpa de la guerra. Después recogería esa experiencia, que le llevó por Suiza, Francia e inglaterra, donde finalmente se instalaría con su familia, en un librito llamado Cuando Hitler robó el conejo rosa. Una novela juvenil-adolescente, previa a la invasión vampírica, que escondía una moraleja. La protagonista lleva siempre un libro con biografías de personas famosas. Todas historias apasionantes, complejas y llenas de aventura. Justo cuando todas sus peripecias llegan a su fin, Anna, la protagonista, le dice a su padre: "nunca seré famosa, porque mi vida no es tan fascinante como la de ellos".

La vida es algo complejo. Unas veces arriba, otras abajo, y siempre en lucha. En lucha contra uno mismo, contra la sociedad, contra el mundo. Y como en todo, hay primaveras, otoños, veranos y, como no, inviernos. Creo que el 2009 ha sido un año anímicamente malo a nivel mundial. El miedo a la crisis caló nuestros huesos y quién más, quién menos, tuvo su primer momento de lucidez en mucho tiempo. El hombre, en su insignificancia, fabrica sueños y espectativas de tamaño colosal. A veces lo logra, y se siente el rey del mundo. Pero la más suave de las brisas puede desencadenar la caída del más sólido puente de acero.

No quiero enumerar lo bueno y lo malo. No soy de hacer balances. Ahora, hoy, no lo soy, supongo. Sólo sé que ahora somos un poco más conscientes de qué hicimos mal, qué hacemos mal. Tenemos miedo, y es verdad, a cada acción le corresponde una reacción. Las consecuencias son inherentes a el hecho de vivir y actuar. Nunca lograremos el equilibrio, no conseguiremos tener todo clasificado. Ni científica ni humanamente. No hay nada como el conocimiento, pero la magia está en el primer momento de desconocimiento. La ignorancia, la inocencia, la curiosidad.

Ahora vivimos un largo invierno, dónde la decepción nos cubre y los miserables campan a sus anchas. Las cosas buenas pasan, nos pasan a todos, y mantienen el calor de la esperanza. Y es que, quizá en 2010, llegué por fin la primavera. De nosotros depende que esto no se convierta en una nueva era glacial.


Salud & aventura. Y una larga primavera...

2 comentarios:

Arnau dijo...

"No hay nada como el conocimiento, pero la magia está en el primer momento de desconocimiento. La ignorancia, la inocencia, la curiosidad".

Me quedo con esta frase. Y también me la apunto.

Bones festes esperant amb delit la primavera.

Senior dijo...

Son los siguientes los que nos impulsan a seguir, es el futuro, el que consigue, apenas sin energia, salir del presente y transformarlo en pasado y las estaciones, son un proceso de aprendizaje, estoy de acuerdo que tras el invierno del 2009, esperamos la primavera del 2010, al menos cabe el refran de "año de nieves año de bienes"... ¡alud de ventura!