lunes, 14 de diciembre de 2009

Cosas que pasan (IX): Sin saber muy bien por qué


Desde que comencé este blog he intentado, con escaso éxito, ceñirme de alguna manera a lo que era el mundo desde una perspectiva personal. Por desgracia, en todo lo que he escrito por aquí sobran referencias autobiográficas e intentos de ser ecuánime. Maldita sea, se trata de mí y mis circunstancias. Y lo peor de todo es que el sectarismo, la ignorancia y los malos modos, aquí exhibidos, son lo mejor que sé hacer.

Estoy haciendo una limpieza de mi habitación, ya que como buen menor de 35 años, sigo viviendo con mis padres. He encontrado cosas que escribía de pequeño y la decepción ha sido terrible. Recuerdo el momento de escribirlas y lo bien que cuadraba todo en mi cabeza. Dejando a un lado la ortografía, me he dado cuenta de que siempre he intentado escribir de una forma que no era del todo "mía". Me refiero a que siempre he pretendido aparentar algo que no era exactamente. Jugar a buscar un equilibrio entre lo que siento y lo que pienso, lo que sé que debería escribir y lo que se debe escribir.

La historia se perdió un gran blogger. "Voy a crear a el hombre y la mujer con un pecado original. Después voy a impregnar a una mujer con mi esencia para dejarla embarazada y así poder nacer. Luego me sacrificaré a mí mismo para mí mismo. Así os salvaré del pecado al que originalmente os condené. ¡Ta chán!". Atención al argumento circular y a lo retorcido de la historia. Para que os quejéis de mí.
Ahora releo lo que he escrito a lo largo del último año -este blog tiene un año y 10 días- y miro al futuro, a un año marcado por la incertidumbre, con cierto cinismo. Por desgracia el creador me hizo con la suficiente imaginación como para saber mil formas de hacer las cosas peor... no personalmente, sino en un ámbito global. Y la verdad, en ocasiones me siento tentado a tirar la toalla. Pero lo cierto es que, entonces, no sabría muy bien qué hacer.

En la vida tienes que buscar tu sitio, como en la cárcel. Nunca he estado en prisión, pero por lo poco que sé acerca de la vida, podría decirse que tampoco he vivido lo suficiente para saber cómo funciona. Por desgracia, por ahí veo personas que, si bien tampoco atesoran esos conocimientos, sí que exhiben unas cuantas canas. No es un problema de tiempo, más bien es un problema de tener los ojos bien abiertos. Y no los de la cabeza, por cierto.

Ante la cercanía del año nuevo y, con la esperanza de estar haciendo muchas cosas nuevas el próximo año, quiero hacer una promesa a mis lectores -Senior, Arnau-, y todos los que pasáis por aquí eventualmente. Nunca cambiaré, aunque prometo hacerlo mejor. Intentaré no ser tan farragoso y retorcido, aunque considero que más vale un bocadillo de chorizo que un bombón de salmón deconstruído. Yo empiezo a entrever mi lugar en el mundo... y no es en la alta cocina. Pero, mi familia es testigo, mis lentejas están bien buenas.


Dos grandes estadistas unidos por el clamor popular. El de la derecha logró esquivar un zapato. Silvio recibió una catedral en su rostro -y no haré un chiste sobre hostias-.

Esta noche debería hablar de Silvio Berlusconi. Posiblemente tendría que hacer un gran circunloquio para justificar lo siguiente, pero la verdad es que paso. A estas alturas todos sabemos quién es este siniestro personaje y el entusiasmo que despierta en mi persona. Por un lado me dan ganas de alabar al tipo que le ha atizado... por el otro sé que no es el camino. Sin embargo, jamás nadie surcará el camino correcto, y yo podré resarcirme pensando en el día en que Massimo Tartaglia nos enseñó que los malos también sangran. Consuelo de pobres, de paupérrimos, pero hay que mirar cómo está el mundo. Ver la cara de Berlusconi sin sus sonrisas, sin el maquillaje brillante, sin la juventud quirúrjica... es tan triste como evocador. Porque un día llegará en que este señor gobierne en Europa y nos repitamos: "y no sirvió de nada".

Porque el mundo es de locos. A Berlusconi le han atizado con una reproducción de una catedral en la cara, mientras que a Hermann Tertsch le han roto dos costillas y demás en una traicionera patada por la espalda. ¿Qué está pasando? Me resisto a creer que lo mejor que tengamos contra los que siembran la discordia y se aprovechan del poder sean catedrales voladoras y patadas por la espalda. En el caso del periodista espero que el motivo no sea por su forma de pensar, porque es lo peor que nos podría pasar a todos. Tendrán lo que quería.

Próximo nobel de la paz. Tiempo al tiempo.

Dicen que tanto va el cantaro a la fuente, que al final se acaba rompiendo. Da igual que el premio nobel de la paz se lo den a Obama, cuando le faltan méritos y le sobran los conflictos armados. Que nuestro Gobierno se tambalée por una pequeña mujer en un aeropuerto y sin embargo nuestra oposición enrocada en la contradicción desde hace años: "Si no cede, le pondrán bombas; y si no le ponen bombas, será porque ha cedido", deje morir a De Juana Chaos porque su huelga de hambre es un chantaje al Estado de Derecho, pero ayude a Aminatou Haidar, que usa el mismo método; pague el rescate y ceda al chantaje con el Alakrana, pero no ceda al chantaje con los voluntarios secuestrados en Mauritania... aunque libérelos ipsofacto.


Desde Aristóteles y Platón hasta Hegel, pasando por la filosofía escolástica, siempre se ha buscado lo que ellos representan: la demolición del principio lógico de no contradicción.

Por fortuna los catalanes han encontrado la solución a todos los problemas. Han hecho una consulta independentista. Podían votar los mayores de 16 años, sin distinción de lugar de origen, raza o religión. Como una buena elección democrática, han ganado todos. Unas 200.000 personas, de un censo aproximado de 700.000 personas -una participación del 30%-, y con un resultado positivo. Aunque, me temo, que cómo solución soberanista se han quedado cortos. No creo que salga del todo rentable independizarse sólo de España con la que está cayendo. Yo fundaría una república independiente al mismo planeta y su idiosincrasia.


Bandera que propongo para todos aquellos que quieran exiliarse del planeta. Cuenta con el beneplácito de Carl Sagan -es la bandera de Peñarol.

Espero no aburrirles, gracias por su compañía. Seguro que me equivoco... y ahora viene lo mejor.

Salud & aventura.


7 comentarios:

Uno que pasa dijo...

Pues a mi me gustan los circunloquios esos que haces. El como das una visión antes del llegar al núcleo del mensaje.

Sobre el resto hay una pelicula, en castellano se llama idiocracia (Idiocracy). Su argumento no anda muy desencaminado a donde nos dirigimos. La pelicula es malilla (pero graciosa), pero me gusta su mensaje.

Saludos

Senior dijo...

Como asiduo lector... en fin creo que leemos lo que está escrito, pero verás, el otro día, pensando (uno piensa a veces) llegue a una conclusion, soble los escritores, unos, elaboran un pensamiento, lo "cocinan" y hacen un esfuerzo por presentar un plato, artesanía, pura de hacer, ... miemtras otros , fabrican literaturan páginas y páginas, como en una fábrica en cadena, esos, son best seller...gracias por unas lineas, "cocinadas" para degustar unos pensamientos a la lmedida del hombre. ¡alud de ventura!

Senior dijo...

post data: ¡Dios que mal escribo con prisas!

Arnau dijo...

No es la solución a todos nuestros problemas, Antihéroe, simplemente es una gran “performance”. Sólo pretendemos (algunos) poder ver la luna sin intermediarios. Y tal vez ni siquiera eso. No sé.

Y también pienso, aunque no debiera, que Massimo Tartaglia es un héroe.

El antihéroe dijo...

Lo que yo digo, la solución está si miramos hacia las estrellas, hacia el universo y nos dejamos de mirar la punta de los zapatos. ¿No decían los utópicos "seamos realistas, pidamos lo imposible"? Espero que salga bien Arnau, pero creo que nunca podrán robarnos la luna.

Arnau dijo...

Tienes razón, Antihéroe, no debemos mirarnos las puntas de los zapatos. Pero tampoco que nos las pisen, que luego no podemos saltar. Porque saltando seguro que se está más cerca de la luna.

El antihéroe dijo...

El secreto es el equilibrio, supongo. Yo, si es que puedo, te presto mi pértiga para que vayas de visita a alunizar.