miércoles, 9 de diciembre de 2009

Babuinos o el mundo hacia atrás

"Iba a pasar. Lo percibo desde hace rato. Le pegaron a Hermann Tertsch. Es el primero. No se dice por qué, nadie le explicó nada. Pero da la casualidad de que ocurrió poco después de que este periodista y amigo, hombre valiente, desterrado por ello del imperio Polanco, anunciara que se iba a querellar contra el pequeño Wyoming. La cosa se inició cuando Tertsch dijo en el Diario de la Noche que estaba dispuesto a matar a unos cuantos terroristas de Al Qaeda para liberar a los secuestrados españoles de Mauritania. Wyoming replicó en su magazine oficialista de la Sexta diciendo que así se inician las guerras. Tertsch, evidentemente, le estaba respondiendo al ex presidente autonómico, ex ministro, actual presidente de ese Congreso de los Diputados que ahora quiere sesionar en Palestina, ése, Bono, el que dijo que prefería que lo mataran antes de matar a nadie, toda una filosofía si se toma en cuenta que el hombre era entonces ministro de Defensa."

Horacio Vázquez-Rial, en Libertad Digital.
El hombre que escribe eso de ahí arriba se refiere a la supuesta agresión a Hermann Tertsch en un bar de Chueca, de noche, y de la que el pobre afirma no acordarse. Una patada por la espalda, que se ha saldado con varias costillas rotas y un pulmón encharcado, para la que no hay razonamiento posible. Es una salvajada y espero que el culpable responda por su agresión. La violencia, que necesariamente engendra siempre más violencia, está fuera de lugar casi siempre, como en este caso.

Hermann Tertsch ha convertido el disoluto Diario de la Noche en Telemadrid, anteriormente del ególatra Sanchez Dragó, en un ejercicio de demagogia y violencia dialéctica. Su última aseveración salvaje, a la que hace referencia Vázquez-Rial, fue que "prefería matar 15 o 20 -o 100, supongo que no es un problema de proporciones- terroristas de Al Qaeda para liberar a los tres compatriotas secuestados". No me parece para tanto. Es peor cuando habla de política nacional y simula vivir en una dictadura totalitaria. Al menos a mí me parece más dañino.

Hermann Terstch, el Chuck Norris español.

No creo que haya que ceder al chantaje, en eso estoy de acuerdo con él. Pero ahí se acaba todo. La solución a estos casos de secuestros es compleja, pero nunca es preferible matar a nadie. La brabuconada de este hombre le valió que el Gran Wyoming hiciera un par de reflexiones en el Intermedio -hay gente que dirá gracietas-:



La primera es sencilla: la violencia genera violencia. La segunda, que es la que ha causado revuelo y ha provocado que Tertsch demande a Wyoming, es el absurdo de su afirmación. ¿Cómo alguien en un informativo puede hacer esa afirmación? Tan idiota y chulesco es lo que dijo -como tantas otras cosas que suele decir, de ahí mi incomprensión ante el revuelo- como decir lo mismo sobre pacifistas, ministros o menores de 25 años. ¿Es periodista o un individuo con ganas de sangre?

La Caverna, como se suele llamar a los más casposo y carpetovetónico de la sociedad española, con Intereconomía y Libertad Digital a la cabeza, ya han apuntado a las bromas de Wyoming como culpables de la agresión a Tertsch. Aunque no existe denuncia por parte del agredido, que no recuerda nada -supongo que estaría tomando unas copas en Chueca por la noche, como cualquier español de bien, y la agresión fue por detrás, como señalaban en los comentarios Escolar-, algunos articulistas como el tal Horacio Vázquez-Rial, y los acólitos de estos medios, ya apuntan al inicio de la II Guerra Civil.

La redacción de Libertad Digital, Intereconomía y, hasta del mismísimo El Mundo, no tardaron en hacerse eco de la noticia.
Hay que decir que una patada por detrás se la puede llevar cualquiera en según qué sitios, además de que comparar el asesinato de Calvo Sotelo con una agresión anónima en un barrio de madrid, por brutal e injustificada que sea, suena un poco descabellado. El periodistas llevaba recibiendo amenazas desde hace más de un mes, antes de lo de Wyoming. Y podría hablar largo y tendido sobre el clima de crispación que se genera en los medios de ambos bandos, especialmente la derecha. Pero lo chanante de este asunto refiere a dos aspectos.

1º. El señor Horacio Vázquez-Rial es un argentino que por causas de la vida ha acabado en Barcelona, España. Por su trayectoria profesional intuyo que es culto, y por la personal, poseedor de gran experiencia. Aunque en un inicio defendió el trotskismo, la vida le hizo ir virando a la derecha, hasta que el 11S le hizo dar el vuelco. Este señor dice: "ése, Bono, el que dijo que prefería que lo mataran antes de matar a nadie, toda una filosofía si se toma en cuenta que el hombre era entonces ministro de Defensa". Acojonante. Esa filosofía, que con tanto afán ningunean algunos, fue postulada por Platón y Aristóteles -es mejor padecer una injusticia que cometerla, es una base de su ética-, padres de la cultura occidental, junto con Jesucristo -¿alguien recuerda lo de poner la otra mejilla?-. Muchos no creemos en las guerras, aunque consideremos que lamentablemente un ejercito es necesario. Y, si además, podemos usarlo para causas humanitarias, mejor que mejor. Sí, soy un estúpido ingenuo.

Jesús de Nazaret, ese peligroso progresista y pacifista.

2º. Soy yo o vivimos una terrible recesión social. Esta mañana me desayunaba en internet con el siguiente vídeo. A mí, personalmente, me recuerda tanto...
CUANDO DOS TROPAS DE BABUINOS VAN A LA GUERRA
(Pinchar con el ratón y ver el vídeo)

Como mirarse en un espejo.

Salud & aventura.

3 comentarios:

Uno que pasa dijo...

Llegará el día en que la realidad supere la ficción,¿O se ha superado ya?

Mikel dijo...

No sé con cuál de los monetes identificarme. xD

Senior dijo...

...cada vez me da mas miedo la globalizacion,... uno se golpea una mano y grita de dolor, otro grita ¡fuego! y todos salen corriendo en diferentes direcciones, los tropiezos generan violencia, dan justificaciones y razones y surge el tumulto... ahora vas y desentrañas el origen... ¿dificil?... ¡casi imposible!... por eso son tan peligrosos, parece que preparan el camino de un fuego que no existe, pero cuando te empujen o te pisen ve a razonar con el que corre.