jueves, 26 de noviembre de 2009

Shúkran

Uno siempre puede preguntarse la razón por la que pasan las cosas, y jamás encontrarla. Pero eso no quita para que todos perdamos el tiempo intentando desentrañar los secretos del universo. En la publicación anterior hacía una reflexión sobre la naturaleza virulenta de los humanos, sobre nuestras incongruencias y sobre como episodios como el del Alakrana simplemente retratan un tiempo. Mi padre me dijo un día: "no son buenos tiempos". Un pesimista es un optimista realista, así que no creo que sea para tanto.

El Congreso de los Diputados, órgano que expresa con diáfana claridad la categoría de nuestra participación democrática -ésto es, de ná-, ha reconocido la injusticia que supuso la expulsión de moriscos del siglo XVII. ¿Que no se acuerdan? Corría un 9 de abril de hace 400 años cuando Felipe III -el de Letizia sería el VI- decretó la expulsión de los moriscos. Suficiente tenían los cristianos de buena fe derrochando el oro de las Américas en sofocar la herejía protestante, como para encima tener un montón de moros taimados que ya habían robado las cristianas tierras de Iberia hacía casi 1.000 años antes. El hecho de confiscar sus bienes por las bravas, a tenor del descenso de los ingresos americanos, nada tuvo que ver. En realidad, España y la Santa Inquisición se dejaron llevar por fines altruístas, como Adolfo y cía.

Españoles de segunda embarcan en Denia, tras pagar el billete a un tal Paco Fabra Camps. De Vicente Mostre, sacado de la Wikipedia.

El 30 de septiembre, los moros del levante fueron embarcados, previo pago del billete, de vuelta a los hogares que habían abandonado allá por el siglo VI. También los islamitas comuneros de la vieja castilla fueron invitados a abandonar su tierra. En total un 4% de la población de aquella lejana Unidad Nacional de Naciones abandonó su hogar para regocijo del español medio y cristiano, y para alegría también de las arcas de Felipe. Aunque un 4% parezca poco, hay que pensar que era la morisma el colectivo con mayor número de trabajadores. No eran nobles, no eran sacerdotes, no eran hidalgos, no eran milicia; eran... currantes. Además, al volver a sus antiguos hogares, los encontraron ocupados.La piratería del mediterráneo agradeció los esfuerzos genuínamente españoles para seguir ganándose el pan... cosa que continua haciendo.

En fin, pues ahí han estado nuestros diputados -que cobran 3.000 euros + dietas al mes-, aprendiendo historia a raudales. A mí, personalmente me parece una gilipollez. Si no quieres una taza, taza y media. Lo siguiente será pedir perdón por la erradicación del neandertal y de los dinosaurios. La sociedad sigue sin asumir el drama y el trauma que supuso la Guerra Civil, como para meterse con los pobres moros españoles. Pedir perdón no cambia la historia, y muchas veces la historia misma funciona sola.

Creo que deberían, hoy por hoy, dedicarse a solucionar los problemas de los que ellos pueden hacerse cargo. Si me dicen: "mire ushté, esssh que desshde la oposhición, máshs no podemosh hacer", les diré: gracias, no quiero oposición. Y si desde el Gobierno me dicen: "la situación mejorará, porque tiene que mejorar... y además, vamos a pedir perdón por los osos borrachos que mató nuestro Jefe de Estado, y todos los osos que han perecido por culpa de españoles en el mundo...", diré: no quiero gobierno, gracias.
Una herida abierta en Pont de Molins, Cataluña. Un anagrama de toda la estupidez que campa por España. Vía AQUÍ

Con ésto no quiero decir que me parezcan mal iniciativas como la de Memoria Histórica, como no me habría parecido mal que en el siglo XVIII o XIX alguien se hubiese acordado de aquellos ciudadanos españoles que, independientemente de su credo o sus costumbres, hicieron mucho más rica la península occidental de Europa o, lo que los fanáticos denominan, España*. Pero emplear el Congreso, su tiempo y su dinero, en decir "fue injusto"... Un poco tarde.

Salud & aventura a todos los musulmanes de buen corazón. Shúkran /gracias/.

*Ironía, hasta cierto punto.

3 comentarios:

Arnau dijo...

Qué grande eres y cuánto se te ha añorado.

Senior dijo...

Memoria, memoria... ¿acaso la memoria no es la madre de la historia?... y lo que es peor, la memoria a veces interpreta, corrije, modifica, resalta, oculta, borra... difícil hacer ejercicios con la memoria, y además siempre pasa lo mismo ¿desde dónde empezamos a recordar?... ¡lo que hace el aburrimiento!... en el parlamento.
¡alud de ventura!

Javier Felones dijo...

clap, clap, clap, clap. Sí señor