miércoles, 7 de octubre de 2009

El hombre de negro



Voy de negro y te preguntas el por qué
porque no visto otros colores sé muy bien
que mi apariencia puede resultar sombría y gris
tengo razones para vestir así

Llevo el negro por los pobres y también
por los vencidos puestos contra la pared
Lo llevo por el preso,
que paga el sueldo de
una ley hecha a medida del poder.

Llevo el negro por aquellos que jamás
hicieron caso a Cristo al proclamar
que existe un camino de Amor y de Piedad
hablo claro, tú me entenderás

Llevo el negro por la injusta soledad
de los viejos y los que acabarán
fríos como piedras después de cabalgar
mientras alguien se hace rico en su sofá

Llevo el negro por el joven que caerá
en la guerra creyendo tener detrás
a Dios y a su madre de su lado
y no es verdad.
es la carne del juego de un general

Sé que hay cosas que nunca estarán bien
pero nada es imposible mírame
yo canto esta canción
¿ que puedes hacer tú ?
Mira hacia dentro y carga con tu cruz

Quiero enseñar un arco iris al cantar
pero en mi espalda cae la oscuridad
y hasta que la luz no brille de verdad
voy de negro, de negro me verás.

¿Qué hacen cuatro drogadictos y macarras en el desierto? Muy sencillo: una gran canción. Loquillo, Enrique Bunbury, Jaime Urrutia y Andrés Calamaro cantan a los hombres de negro. Ya lo hizo Johnny Cash, el "hombre de negro" por excelencia. También fue un maldito, como muchas veces lo son los genios. A mí estos cinco músicos me sorprenden, en su voz está contenido todo lo que es el rock: vicio, dolor, experiencia y, sobre todo, lucha.

Sé que este post debería ir en Rockanrola, pero creo que resume bastante bien mi estado de ánimo. Hoy, por ejemplo, ha muerto un chaval en Afganistán, víctima de la guerra -aunque se empeñen en decir que es otra cosa- y de una sociedad empeñada en destruirse. También está la ley echa a medida del poder, como en el caso Gürtel, donde la corrupción manifiesta siempre es cosa del pasado. O en la injusta soledad de los ancianos que lucharon y levantaron este país para quedar olvidados, o los que no pudieron hacerlo porque quedaron en alguna cuneta. También la injusta soledad de los parados, que viven una crisis económica que no conocen los que la generaron, enriquecidos en su sofá.

Ir "de negro" no es ser derrotista, es ponerse el uniforme para sacudir las conciencias. La gente sensata no mira los colores, sólo ve personas. No estoy en contra de la diferencia, estoy en contra de la exclusión. Al final, todos somos personas... tan difícil no es ponerse de acuerdo. ¿Cuál es el camino? No lo sé. Sé que últimamente reflexiono y no os cuento nada, y he perdido algo del sentido del humor. Estoy en puntos suspensivos, lo siento. Pero hoy he aprendido una cosa:

Quiero enseñar un arco iris al cantar pero en mi espalda cae la oscuridad y hasta que la luz no brille de verdad... este blog por aquí seguirá.

Salud & aventura.

2 comentarios:

Senior dijo...

En el fondo, los daltónicos ya hemos llegado... y el negro es uno más de los colores que apreciamos, luego, les ponemos significados, adjetivos, etc...

Arnau dijo...

Qué gran canción, son todos unos putos cracks.

De adolescente el negro me encantaba. Y ahora también.