miércoles, 17 de junio de 2009

Cosas que pasan (VI): Y pasan de verdad.

En Zamora un chico de 27 años ha sido detendio por agredir a su compañera. A su compañera del curso de cocina, o eso suponemos tras leer la noticia en 20minutos. Esa relación, que al parecer ya era de antemano complicada por la actitud agresiva de él, empeoró el pasado martes por culpa de los videojuegos. Siempre son los videojuegos...

El hombre se había comprado el juego "¡A cocinar! con Jamie Oliver", del cocinero adicto al chili más "manipulador" de la televisión, para su Nintendo DS. En un acto de generosidad sin precedentes, porque normalmente se llevaban como el perro y el gato, el hombre le enseñó el juego e incluso dejó que preparara una rica macedonia con chili durante la clase con el dichoso juego a su compañera.

Jamie Oliver, haciendo calabazas con chili, es culpable de la brutal agresión. Vía Nintendo.

A la salida la cosa se complicó, y existen dos escuelas de pensamiento. La obvia, es que la mujer acabó extasiada de ver las manos de Jamie manoseando unos rábanos con chili en la pantalla táctil y decidió llevársela a casa. El legítimo dueño, desesperado para recuperar su consola, no tuvo otra opción que arrojarla al suelo para recuperar lo que era suyo.

La otra escuela de pensamiento, rebuscada e injustamente sensacionalista, dice que él le pidió que le devolviera la consola de malos modos y ella, por tocar los cojones, dijo: "¿y cómo se pide?". El "¿cómo se pide?" es equivalente a "te lo dije", "se te va a caer" o "te quiero sólo como amigo", por lo que el hombre decidió mandar a su compañera al suelo y llevarse a Jamie y la pantalla táctil a su casa. En ambos casos, una forma muy "macha" de legítima defensa.

Esta noticia comparte "vicisitud" junto a la de la joven belga Kimberley Vlaeminck que se durmió mientras le tatuaban la cara. Al parecer ella, que andaba estrenando la mayoría de edad, quería que le dibujaran tres estrellas en la frente al lado del ojo -bonito bonito-. Y como no tenía otra cosa que hacer, se puso a dormir mientras una aguja marcaba su cara.

Kimberley Vlaeminck con su precioso tatuaje. Yo veo clarísimo un "3" hecho con estrellitas al lado del ojo. Vía theMirror.

Al despertarse, las estrellas originales se habían multiplicado casi por 19, con un total de 56 por el lado izquierdo de su cara. No sólo en la frente, sino también en el carrillo y la nariz. Según el tatuador, Rouslain Toumaniantz, ella le había pedido esta chapuza y, no sólo eso, estaba conforme con el resultado. El problema fue cuando lo vió el padre y se montó la de Nefertiti.

Este caso es prototípico de mentira desesperada:

"¿Pero que coño te has hecho en la cara hija?"
"Esto... ¡no lo sé?"
"¿Cómo que no lo sabes? ¿Estás drogada?"
"No...oo, es que... quería hacerme tres... ¡y me ha hecho 56!"
"¿Y por qué te ha hecho 56? ¿Por qué no has dicho nada?"
"Porque no lo he visto"
"¿Y el espejo enorme que tenían?"
"Es que... ¡estaba dormida!"
"¿Con ese tío urgándote la cara con una aguja? Osea, que estabas drogada"
"Que no, que me quedé dormida y él decidió hacer 53 estrellas más... será un fanático... No sé papá, he pasado miedo. ¿Cómo voy a salir así a la calle? El tatuador ha destrozado mi vida, mírame papá, ¿cómo iba yo a querer esta cosa tan horrible?..."

Todos sabemos cómo acaba la historia de normal: el padre amenaza al tatuador con denunciarle, éste explica que simplemente ha hecho lo que le ha pedido la chica, y tras una discusión, la chica pasa por quirófano para borrar esa chunguez tras admitir que quizá pidió 20 estrellas, pero nunca 56.

"El tatuador Rouslain Toumaniantz" dice el pie de foto holandés, que sé griego. Yo no me dormiría al lado de este tipo ni en el autobús. Vía HNL.

Eso es lo normal, pero la chica no parece dispuesta a admitirlo y ha recurrido al cuarto poder -los medios de comunicación- para iniciar una cruzada:



En Bruselas había corrillos de señoras esta mañana diciendo "¡qué barbaridad!, ya no te puedes dormir tranquilo mientras te tatúan" y cosas similares. De hecho, con el revuelo que se ha montado, debemos ser pocos los que piensan que esta tía miente como una condenada, y que es bastante chunga de por sí. Muestra de ello es que quiere mantener las estrellas de la frente y cobrar de Toumaniantz 8500€ para borrarse el resto. O llenarse el cuerpo de estrellas.

Para defenderse, Vlaeminck ha intentado aludir a la condición de inmigrante rumano del tatuador para sugerir un malentendido lingüístico -la conocida "vía italiana"-. En el vídeo de arriba se puede observar que el tío ha declarado ante la prensa sin traductores. Yo conozco rumanos que hablan mejor castellano, francés e inglés que muchos españoles -empezando por Emilio Botín y Jose María Aznar-. Así que no cuela.

Palacio presidencial en Teheran, últimamente. Vía ishr.

Mientras tanto, en Irán, se está montando una revolución popular que puede hacer cambiar muchas cosas en el mundo. Además es una revolución moderna, porque se ha saltado la censura gubernamental mediante internet, sobre todo Twitter. Como todo, también están encontrando la forma de cerrar el grifo, pero ya no están solos. Sé que Mikel, como buen periodista del PRESENTE, lo explicará mejor, porque lo está siguiendo todo. Yo, sin embargo, como soy como los grandes medios de este país, prefiero informa tarde y mal -como buenos medios PREHISTÓRICOS-. Y por supuesto, centrarme en lo "importante".

Mikel, de verdad, espero con impaciencia tu post. A los demás:

Salud & aventura.

3 comentarios:

Senior dijo...

...muy bien traidas estas tres cosas que pasan...¿o que han pasado?...en fin, yo trataré de no dormirme cuando siga las noticias sobre la nueva revolución iraní mientras me "estrellan" un huevo frito en el curso de cocina ...
¡alud de ventura!

Arnau dijo...

Efectivamente, Antihéroe, miente ella como una bellaca. O él como un bellaco. No sé, es que no me aclaro. De hecho es que me importa un rábano quién miente, y aun así me has hecho reír.

Buen post.

izanik dijo...

Jaja, yo votaría por que le tatuasen todo el cuerpo con estrellitas negras, por imbécil. ¡Un saludo!