Parece que ha pasado más tiempo que unos pocos meses desde que decidí dar por muerto el blog. También, en cierto sentido, me daba por muerto yo mismo, o al menos algunas facetas. El mundo estaba a punto de acabarse en este carrusel de la catástrofe en el que se ha convertido el día a día. Y creo que de momento Apokalépika está mejor en silencio.
Sin embargo no me he callado del todo. Desde otra perspectiva intento hacerme otro rincón (más feo) donde seguir, no tanto analizando, sino disfrutando el mundo. En un comentario de la penúltima entrada me echaron en cara que era un llorón por quejarme después de haber estudiado filosofía y periodismo, con el sendero de pobreza y marginación en el que indudablemente debía desembocar eso. Y es verdad, mi circunstancia es mi circunstancia, pero al menos estudié lo que creí que debía estudiar. Y pese a todo puedo decir que haciendo eso, aprendí a levantarme.
Nos vemos.
Salud & aventura.
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