miércoles, 22 de abril de 2009

Cuadrillas

Gorka Azpitarte Rejado, Alexander Uriarte Cuadrado, Jurdan Martitegi Lizaso, Igor García Ochoa, Asier Ortiz de Guinea Iñiguez de Ciriano, Sergio Bravo Urabain, Jonathan Guerra Tejero, Gorka Iriarte Saez. Vía ElPaís.com

Las redes sociales son modernos sistemas de mitigar nuestro voyeurismo. Y en ello estaba, cotilleando, cuando me he encontrado con un antiguo amigo de una antigua cuadrilla -pandilla de amigos-. Le he visto bien y me han venido muchos recuerdos a la cabeza. Él ahora también anda con otras gentes, por lo que mis recuerdos -espero- serán también compartidos por él en forma de nostalgia. Esos tiempos no volverán -sí, vendrán mejores-.

Pero más allá de la nostalgia y el reencuentro, he pensado en qué pasaba por la cabeza del ex-futuro Komando Araba para ponerse a poner bombas. Una cuadrilla de amigos -eso parece- que habían decidido dar la vida -de otros, claro- por la causa -de unos pocos-. Como esos que juegan "partidillos" o se van a Salou, o esos otros que quedan para jugar al rol o videojuegos en red. Ellos parecían dispuestos ha jugar a ser soldados de liberación.

Me pregunto de qué se querían liberar. He visto sus caras y me recuerdan mucho a cualquier grupo de amigos de la antigua Iruña. Gente normal, con sus fobias y quereres, pero que ni de lejos viven bajo la represión de un régimen fascista. No van con escoltas todos los días del año, nadie les impide hablar en el idioma que quieran y moverse con libertad. Nadie les ofende con chirriantes banderas -sean del color que sea- ni les obliga a imitar otro patrón de conducta que no sea el de las modas. Gente normal, como mis compañeros, amigos, mis profes del colegio. Como lo parecía Alexander Uriarte.

Creo que fue esta mañana, o si no ayer, cuando mi padre me comentó que no entendía como un profesor, de Ética ni más ni menos, podía tener en la cabeza la posibilidad de atentar contra algo o alguien. Poner una bomba y luego presentarse delante de sus alumnos. Porque no es excusa poner una bomba en una terminal de barajas pensando que no habrá bajas. Da igual que avises. Si algo puede salir mal, no lo dudes, saldrá peor.

Sus ex-jefes y ex-alumnos le definen como un tipo cercano y de buen trato. "Sería capaz de darte los buenos días y desear por dentro que no vivieras cerca de su próximo atentado" podrían decir fuentes cercanas al proyecto de asesino. Un encanto. Un hombre dispuesto a destrozar la vida a cualquiera dando clases de Ética al hijo de un Guardia Civil -había alumnos en el colegio hijos de ertzainas y otras fuerzas de seguridad del estado-. Un hombre que defendía los ideales que llevaron a la muerte a muchos de los compañeros de esos padres.

Este chaval, porque no deja de ser un chaval, había ido a Francia para aprender a matar. Y si no matar, a hacer mucho daño. No físico, sino anímico a una sociedad cansada y hastiada del mal llamado "conflicto vasco". Son personas las que dividen y desangran a la sociedad vasca y por ende española. Son personas, viles asesinos y demagogos de segunda, los que están acabando con una cultura y una forma de ver el mundo. ¿Cómo? De la forma más fascista y radical.

Dicen que los videojuegos y el rol crean adolescentes violentos -algunos no-. Para mí son los radicales de cualquier color los que envenenan el mundo. Desde el capitalismo al comunismo, pasando por el consumismo y el fanatismo religioso.

Qué pena tan grande.

Salud & aventura.

3 comentarios:

Senior dijo...

Estando de acuerdo, ¡que poco se puede añadir!...

Bra'tac dijo...

ciertamente.

Me ha gustado eso que dices que lo único que consiguen es empañar una cultura tan rica y antigua como es la cultura vasca. A este paso, lo q van a conseguir es la extinción (de que otras culturas se interesen por esta)

saludos

Arnau dijo...

Panda de animales descerebrados.
Los has retratado, sin insultos. Yo no he podido evitarlo.