sábado, 3 de enero de 2009

El jardinero infiel

En el 13.500 antes de cristo poblaba norteamérica una entrañable y pintoresca cultura, los Clovis. Estos amerindios, que nada tienen que ver con la mejor tradición mormona, fueron cazadores de mamuts y los primeros en poder ser llamados norteamericanos. Sin embargo su cultura prehistórica se extinguió, dejando sólo algunos vestigios, como la punta de lanza Clovis. El motivo de su extinción, junto a la de los mamuts de la zona, fue una lluvia de meteoritos hace 12.900 años. Un ratico vamos.

Aquellos primeros nativos americanos vivieron de una forma tribal y nómada. De una forma muy parecida a las culturas africanas. África, cuna de la vida, sigue presentando cuadros que nos transportan a los orígenes de la vida. No sólo por su riqueza, belleza y tradición, sino también por su crudeza, su dureza y crueldad.

África, además de la cuna de la vida, también es uno de los laboratorios de occidente. Como muestra el libro de John LeCarré El jardinero fiel -también hay película, no sufráis-, en el continente africando se prueban las vacunas que luego salvarán las vidas del primer mundo. Para ello primero se tiene que suministrar la enfermdad, claro. Pero eso algo sin importancia. Los negros viven mal y nosotros vivimos bien. Que ellos mueran por nuestra salud es JUSTO. Al parecer así lo cree la mayor democracia del mundo mundial.

EEUU ha decidido darse de baja de la Declaracion de Helsinki, un documento que regula las normas éticas de toda investigación que involucre a humanos. Como está muy mal visto experimentar con personas de verdad -las de aquí-, las farmaceúticas y multinacionales de cosméticos decidieron que no estaba tan mal visto experimentar con los desheredados del mundo. Y si estaba mal visto, allí nadie les vería expermientar. Consiguieron que las leyes de esos países fueran más laxas y se adaptaran a la Declaración para aprovechar los huecos legales. Para eso tienen miles de abogados.

La citada Declaración pretende regular y marcar unos estándares éticos a esa experimentación con "terceros". EEUU es uno de los países que más experimenta con humanos, tanto dentro como fuera de sus fronteras. Por eso el documento era él único límite internacional a los desmanes de los yankees, y ahora eso no es posible. Han decidido sustituir la Declaración de Helsinki por un papelajo llamado Guía Clínica de Armonización para la Buena Práctica Clínica -básicamente de risa- que pone los requisitos de investigación a ras del suelo.

Hace 12.900 años una lluvia de meteoritos acabó con la cultura Clovis y con los mamuts, la flora y fauna del norte de América. Ahora nuestro instinto depredador acaba con África, con los adalides de la LIBERTAD y la DEMOCRACIA a la cabeza. Es una pena que la lluvia de meteoritos no se hubiera retrasado unos cuantos años. 12.000, por poner una cifra.

Salud y aventura!

PD: Mirad lo que acabo de ver: http://www.ecoportal.net/content/view/full/67184

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Conforme declaran sobre el origen de los seres humanos actuales, en Africa, ¿podríamos decir que se trata de la manifestacion actual del parricidio? acabar con los últimos primeros y originales hermanos en su propio suelo, para buscar la eterna juventud, o vencer a la vejez... el resto de la humanidad... ¡que inhumano!.
Bueno, si seguimos mirando a Gaza y sin ponernos de acuerdo en frenar el genocidio... los africanos ¿existen?...

Anónimo dijo...

El genocidio es propio del ser humano. No lo hacian los americanos, vamos los indios americanos entre ellos? (ya sean del norte o del sur)

En europa, en asia, en todas partes del globo, menos en la antartida, hay una guerra donde unos quieren eliminar a los otros.

Visto esto, que envidia de los cazadores de mamunts.